Recreación por ordenador de Zapatero llamando por teléfono a Dominguet. En realidad cuando llamó no llevaba corbata sino que estaba en pijama
"Hola, soy el presidente del gobierno"
"Hola, soy el presidente del gobierno"
A Dominguet le ha sorprendido que Rodriguez Zapatero sea un asiduo lector de este periodiquito, más aún cuando tan solo es leido por 20 ó 30 personas en todo el mundo. No sé, el esperaba que fuera leido por la policía o algo parecido.
Suena el teléfono. El número permanece oculto. Son las cuatro de la mañana y se encuentra en calzoncillos. Al otro lado del aparato se escucha una voz angustiada "¿Eres Dominguet?" -dice- "Disculpa si te llamo a estas horas, pero no podía dormir. Hola, soy el presidente del gobierno"
Zapatero: ¿Eres Dominguet?
Dominguet: Ahá
Zapatero: Disculpa si te llamo a estas horas, pero no podía dormir. Soy el presidente del gobierno.
Dominguet: Ah. No te preocupes, a veces me llama Esperanza Aguirre, pero ella suele llamar borracha.
Zapatero: Bueno...yo también estoy borracho.
Dominguet: Nada, nada...yo también lo estoy. Y la verdad, así no es posible pensar con claridad
Zapatero: Jejeje. Bueno, voy al grano. No sé que hacer.
Dominguet: Bah tio, dimite.
Zapatero: ¿Cómo?
Dominguet: Si, dimite. Convoca a los medios y deja claro que como individuo, como persona, te niegas a someterte a los dictados de los mercados y de los fondos privados de pensiones, y que tus principios te impiden llevar a cabo la reforma de las pensiones.
Zapatero: Pero tio, si no lo hago yo, lo va hacer otro.
Dominguet: Eso me suena de algo
Zapatero: ¿No será mejor que lo haga yo en vez de los otros? ¡Imagina que ocurriría si lo hiciera el ala más extremista del partido del estado!
Dominguet: No pasa nada. Explicitas cual es la cuyuntura internacional, llamas a la desobediencia civil, a la revolución mundial planificada para el 2-2-2022 y si tus colegas te hacen el vacío te vienes a vivir conmigo.
Zapatero: Oh, a mi...a mi lo que me gustaría es ser permacultor, pintar corazones en las paredes, y llevar calabacines a mi madre en el transportín de mi bicicleta
Dominguet: ¡A mi también!
Zapatero: Estamos metidos en el tubo y bién metidos.
Dominguet: En el pegajoso tubo
Zapatero: El otro día vi un video...Espera un segundo, me voy a hacer un cigarrito de liar. (Después de unos minutos Zapatero vuelve al teléfono) ¡Ya está!
Dominguet: ¿Decías?
Zapatero: Si, el otro día vi un video. Se titulaba Autoschreck. ¡Yo quiero ser Michael Hartmann!
Dominguet: Bonito video, ¡yo también quiero ser Michael Hartmann!
Zapatero: Tio, es que...no puedo ser Michael Hartmann.
Dominguet: Tranqui
Zapatero: ¡Tienen preparado un doble mio de goma articulado con mi cara y mi voz!
Domingue: Jejeje
Zapatero: ¡Es verdad!¡Como en tus chistes! Haga lo que haga todo está perdido
Dominguet: Vaya plasta. Son las cinco de la madrugada tio.
Zapatero: Si, mañana mi doble de goma irá a una reunión del Fondo Monetario Internacional. Oh. Me encuentro muy solo. Gracias por atenderme.
Dominguet: De nada tio, vaya nochecita me has dado
Zapatero: Oh, pero ya me encuentro mucho mejor.
Dominguet: ¿Y qué vas a hacer?
Zapatero: No sé. Nada supongo. Había pensado dejarme llevar viendo la programación matinal en la tele
Dominguet: ¿En el sofá?
Zapatero: En el sofá
Dominguet: Venga tio, ¡llámame cuando te apetezca!
Zapatero: ¡Adiós Dominguet!
Zapatero colgó el teléfono. Al día siguiente Dominguet compró El Pais, y Zapatero dió el visto bueno para que los fondos de pensiones privados dieran un golpe de estado controlado. Si. Una estafa masiva a nivel planetario, junto con otros presidentes. meno el de Bolivia, claro. ¡Pero como no podía hacer nada! En realidad Dominguet nunca supo si Zapatero tenía un doble de goma que iba por ahí cumpliendo órdenes, o si tan solo era una excusa para seguir viendo la programación matinal de televisión. Pero lo más divertido de todo amigos, es que Dominguet también tiene un doble articulado de goma. LLegados a este punto, ¿cuantos muñecos articulados de goma hay aquí y allí en Mandril, viendo la programación matinal? Sean los que sean, de una cosa si que debemos ser conscientes: amigos y amigas de Mandril, estamos viviendo en directo un acontecimiento histórico, si, nos encontramos en los primeros minutos del fin del mundo.
Dominguet: Ahá
Zapatero: Disculpa si te llamo a estas horas, pero no podía dormir. Soy el presidente del gobierno.
Dominguet: Ah. No te preocupes, a veces me llama Esperanza Aguirre, pero ella suele llamar borracha.
Zapatero: Bueno...yo también estoy borracho.
Dominguet: Nada, nada...yo también lo estoy. Y la verdad, así no es posible pensar con claridad
Zapatero: Jejeje. Bueno, voy al grano. No sé que hacer.
Dominguet: Bah tio, dimite.
Zapatero: ¿Cómo?
Dominguet: Si, dimite. Convoca a los medios y deja claro que como individuo, como persona, te niegas a someterte a los dictados de los mercados y de los fondos privados de pensiones, y que tus principios te impiden llevar a cabo la reforma de las pensiones.
Zapatero: Pero tio, si no lo hago yo, lo va hacer otro.
Dominguet: Eso me suena de algo
Zapatero: ¿No será mejor que lo haga yo en vez de los otros? ¡Imagina que ocurriría si lo hiciera el ala más extremista del partido del estado!
Dominguet: No pasa nada. Explicitas cual es la cuyuntura internacional, llamas a la desobediencia civil, a la revolución mundial planificada para el 2-2-2022 y si tus colegas te hacen el vacío te vienes a vivir conmigo.
Zapatero: Oh, a mi...a mi lo que me gustaría es ser permacultor, pintar corazones en las paredes, y llevar calabacines a mi madre en el transportín de mi bicicleta
Dominguet: ¡A mi también!
Zapatero: Estamos metidos en el tubo y bién metidos.
Dominguet: En el pegajoso tubo
Zapatero: El otro día vi un video...Espera un segundo, me voy a hacer un cigarrito de liar. (Después de unos minutos Zapatero vuelve al teléfono) ¡Ya está!
Dominguet: ¿Decías?
Zapatero: Si, el otro día vi un video. Se titulaba Autoschreck. ¡Yo quiero ser Michael Hartmann!
Dominguet: Bonito video, ¡yo también quiero ser Michael Hartmann!
Zapatero: Tio, es que...no puedo ser Michael Hartmann.
Dominguet: Tranqui
Zapatero: ¡Tienen preparado un doble mio de goma articulado con mi cara y mi voz!
Domingue: Jejeje
Zapatero: ¡Es verdad!¡Como en tus chistes! Haga lo que haga todo está perdido
Dominguet: Vaya plasta. Son las cinco de la madrugada tio.
Zapatero: Si, mañana mi doble de goma irá a una reunión del Fondo Monetario Internacional. Oh. Me encuentro muy solo. Gracias por atenderme.
Dominguet: De nada tio, vaya nochecita me has dado
Zapatero: Oh, pero ya me encuentro mucho mejor.
Dominguet: ¿Y qué vas a hacer?
Zapatero: No sé. Nada supongo. Había pensado dejarme llevar viendo la programación matinal en la tele
Dominguet: ¿En el sofá?
Zapatero: En el sofá
Dominguet: Venga tio, ¡llámame cuando te apetezca!
Zapatero: ¡Adiós Dominguet!
Zapatero colgó el teléfono. Al día siguiente Dominguet compró El Pais, y Zapatero dió el visto bueno para que los fondos de pensiones privados dieran un golpe de estado controlado. Si. Una estafa masiva a nivel planetario, junto con otros presidentes. meno el de Bolivia, claro. ¡Pero como no podía hacer nada! En realidad Dominguet nunca supo si Zapatero tenía un doble de goma que iba por ahí cumpliendo órdenes, o si tan solo era una excusa para seguir viendo la programación matinal de televisión. Pero lo más divertido de todo amigos, es que Dominguet también tiene un doble articulado de goma. LLegados a este punto, ¿cuantos muñecos articulados de goma hay aquí y allí en Mandril, viendo la programación matinal? Sean los que sean, de una cosa si que debemos ser conscientes: amigos y amigas de Mandril, estamos viviendo en directo un acontecimiento histórico, si, nos encontramos en los primeros minutos del fin del mundo.
2 comentarios:
¿cómo que una lamada?
¿lamada?
entonces lo del teléfeno y el pijama es una metáfora?
Ostias. Ya sabes desde que perdí mis virtuosos dedos de pianista por estos más pequeñitos, los errores se suceden, pero al menos los artículos de este periódico, adquieren un nuevo sentido. De hecho toda la entrevista a Zapatero tiene un nuevo sentido gracias a tú observación, con lo que me lleva a considerar no remendar las faltas ortográficas.
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