sábado, 14 de mayo de 2011

¡Acción de La ETA moderna en Mandril!

 Algunos de los loritos preparados para decir "¡Quierete!"

"¡Quiérete!"

Mandril está plagado de una especie de periquito o loro más pequeño. El plan es el siguiente; enseñarles a hablar.

En La Isla de Huxley, los loros de la isla decían: "¡Aquí y ahora, muchachos!" Una de las acciones de La ETA moderna será el adiestramiento de estos animalitos, convirtiéndose en portadores de lemas edificantes para la reconstrucción de la ciudad y la ciudadanía. Una vez soltados, repitiendo de nuevo los mensajes aprendidos, otros loros asimilarán los lemas, retroalimentando el aprendizaje hasta que muy pronto por toda la ciudad escuchemos mientras atravesamos el parque presurosos camino al trabajo una voz desde un árbol que nos diga "¡Atención: la vida pasa!" o "¡Ámame!" o el imprescindible "¡Quiérete!" o "¡ A la calle el 15 de mayo!" Desde que la ETA Moderna abandonó los pasamontañas cada acción que realiza es un absoluto éxito. Aunque parezca que la democracia real se aleja cada vez más en el horizonte, en realidad, se aproxima más, si usted lo desea.

3 comentarios:

Pellicer dijo...

Y son loritos bravíos. Tienen una mala leche admirable. Son, en si mismos, un comité de autodefensa aerotransportado. El embrión de la fuerza aérea revolucionaria.

Dominguet dijo...

El asunto de una fuerza aerea de loritos asilvestrados que saquen los ojos a los que no nos dejan ver, es una propuesta que tio, tendremos que ir de sarrollando en los próximos años. Imagino que esta propuesta reavivará el debate sobre si los loritos deben o no, participar en 2022, y si es sí, como hacerlo para que no sean explotados ( en todos los términos)

Pellicer dijo...

El lorito bravo es inmigrante sin papeles y el alcalde de Mandril intentará darles matarile el día menos pensado.

Sabrá el lorito, seguro, quienes son sus amigos y se sumará a la lucha vengadora, como hacían todos los bichos que salían en aquella maravillosa novelita de Arthur Machen que se titulaba El Terror, en la que la naturaleza castigada al hombre, de uno en uno, por su memez incurable.

 
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