miércoles, 27 de junio de 2012

El derecho a morir del presidente

Mecanismo explosivo en el pecho del presidente

 El VIPS han sido disuelto y el espacio público se utiliza para lo que apetezca. En la fotografía unos ciudadanos durante un día cualquiera en Madril, hablando de cualquier cosa. No hay rastro del presidente por ningún lado

Propuesta reformista para la mejora democrática

Todo presidente debería tener derecho a morir, a ser posible asesinado, por el mero hecho de ser presidente. Una simple bomba de goma 2 adosada a su pecho con cinta aislante podría bastar.

Pasar a la historia. Por regla general cuando un presidente recibe un tiro en la cabeza es porque se encuentra haciendo las cosas bien, quizá demasiado bien. Los presidentes actuales ya no mueren, simplemente pasan de ser presidentes de un pais a presidir un gran banco o una gran compañía. Acaban en la trastienda de la historia cubiertos de polvo.

 En realidad da igual que el presidente haga las cosas bien o las haga mal, lo importante es que pase a la historia. Para que los presidentes pasen a la historia lo más rapidamente posible, propongo que el día que tomen posesión de la presidencia les sea endosada una bomba en el pecho sujeta con cinta aislante con la que permanecerá durante todo su mandato. Esta bomba podría ser activada y explotada por cualquier ciudadano mayor de edad mediante un simple mando a distancia. Tan solo se exigirá al ciudadano una breve comparecencia de prensa ante los medios para aclarar la ejecución sumarísima del presidente.  

Una vez que un ciudadano acciona el botón, el presidente asume las consecuencias de sus actos y despega hacia el cielo de Mandril. ¡Allá va! ¡Cómo vuela! Y el presidente abre la puerta de los libros de historia y se encamina con paso firme a la inmortalidad. 



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