sábado, 5 de julio de 2008

¡Como hacer un imperio!

¡Tenga su imperio ya!

Hubo un hombre que para tener un imperio se compró un perro al que poder mandar. Pero un perro, ya saben ustedes, podría morder la mano del emperador o comerle los dedos de los pies cuando este durmiera la siesta en el sillón.

Hay casos de perros que un día se lanzan al cuello del emperador. Más fácil es comprar cosas. Las cosas siempre son obedientes. El imperio particular de cada uno aumenta con el paso de los años y los objetos que el emperador acumula se hacen más grandes y complejos. Un día el emperador sufre un infarto cerebral y agonizante sobre la alfombra observa aterrado que el nunca poseyó las cosas. Fueron las cosas las que le poseyeron a él.

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