Visitas guiadas a la ciudad balneario
Desde que se descubrió que algunas de las sustancias que en el pasado se consideraban tóxicas eran buenas para el cutis, Mandril se convirtió en una enorme ciudad balneario.
Friegas de alquitran, baños de cadmio y aluminio, vapores de óxido de azufre y plomo han transformado Mandril en el centro planetario de la belleza. Y así, brutales ventiladores envian a la ciudad torrentes de humos para que miles de aviones repletos de turistas desembarquen sin freno en esta ciudad generosa. Es tal el tráfico aereo que a veces hay que lamentar que las corrientes de humos empujen a los turistas hacia las aspas de los ventiladores, siendo desmenuzados por ellos. En esta ciudad todos somos hermosos. Y quien es bello tose, y así, la tos debe ser propagada por todo el orbe.
Este caminito te lleva a nuestro balneario
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