Apuntes sobre el dolor de cabeza
Se acabó la tradicional toma de palacios por muchedumbres iracundas. Ahora, cuando las masas se acercan enfurecidas a mantear a brokers, banqueros o militares, los asaltantes se retiran tras unos terribles dolores de cabeza.
En las azoteas de los ministerios, corporaciones y palacios ya no hay francotiradores, sino un gigantesco ojo que emite dolor de cabeza por doquier. Este ojo no solo puede actuar contra las multitudes enfurecidas sino contra el ciudadano que se pasea tranquilamente, y que en algún momento, por un segundo, le viene esa idea abstracta a la mente: "esto no mola" Entonces cae al suelo, llorando, con insoportables dolores de cabeza. Por suerte, este ojo todavía no lo ve todo, solo ve a un radio de un kilometro. Pero es bastante molesto. Mucho no tememos que no se puede hacer la revolución con dolor de cabeza. No debemos desesperar; pues aunque todas las pruebas apunten en sentido contrario, los soldados cada vez tiene la cabeza más grande. Eso significaria que son cada vez más inteligentes por lo que podrían negarse a utilizar este dichoso ojo contra las personas, o sabotearlo, y si no hubiera más remedio, apuntar directamente con él a la cabeza de sus superiores hasta que les explote el cerebro.
Quien controla la cabeza controla el presente
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