¡El muro de Mandril!
Mandril está rodeado de un muro de ladrillo. No puedo asegurar si se trata de un muro para impedir que la gente entre o salga. Lo cierto, es que yo he conseguido pasar al otro lado del muro.
Al otro lado del muro todo parece mejor. Parece. Porque al poco tiempo uno descubre un nuevo muro de hormigón y acero, mucho más alto y ancho, cubierto por alambradas y cuchillas. Indestructible.
Hay que saltar muros cada vez más altos. No se si tras los muros vivirá el hombre nuevo, solo se que las mujeres que consigan atravesarlos serán cada vez más atléticas y gimnásticas. Y una vez superados mil muros, no habrá pared que pueda pararlas.
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