Penes y guerra civil
La ciudad de Mandril está dividida. Un cincuenta por ciento cree que el tamaño del pene es importante, mientras que otro porcentaje similar, niega que la longitud tenga alguna relevancia.
La discusión ha superado los límites académicos donde se desarrolla y se ha instalado en mercados, cenas de grandes negocios y reuniones de teólogos. El legislativo está preparando una bateria de leyes que regulen el tamaño del pene. "Un pene igual para todos" dicen algunos. Al mismo tiempo han aparecido dos sectores inconciliables: los castristas y los anticastristas. Unos quieren acabar con el pene de una vez por todas, otros se oponen a la castración de todas las formas. Los castristas creen que la polémica del tamaño del pene desaparecería para siempre si todo el mundo careciera de pene. Este periódico no entra a debatir si es mejor un pene largo a uno pequeño. Sin embargo, si creemos en la importancia de sexualizar a la población masculina según sus ingresos. Es decir, dar derecho a pene a cada ciudadano según su cuenta bancaria. Un centímetro por cada millón de euros. Esto permitiría la libre elección del tamaño del pene.
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