¡A la Luna pedaleando!
Es posible. Y hablo en serio. En cuanto llegue el desastre medioambiental, la superpoblación, la destrucción de los recursos, y el 90% de la población se haya matado así misma. Iniciaremos un camino desconocido: el de la exploración cósmica con artilugios caseros o a través de los viajes astrales.
Aunque no mole mucho, todos saldremos de nuestro letargo para poder contemplar en directo: ¡la destrucción de nuestro mundo!. Pero después de las típicas matanzas que sobrevienen tras una crisis brutal, imagino, que escarmentados de las promesas que nos ofrecía la sociedad técnica, nos encontraremos ciertamente desnudos y cansados de burócratas, planificadores y jefes, los supervivientes iniciaremos un cambio de rumbo. Es posible que pase algún tiempo de tabú en cuanto a la reexploración del espacio exterior, pero más tarde o temprano, los nuevos hombres querrán no tanto conquistar el cosmos, sino reintegrarse en él. Entonces será el tiempo de la aventura. Para ello se inventarán artilugios construibles por cada ser humano en un terrenito de al menos una hectarea donde podrán vivir, y de allí, lanzarse a conocer nuevos mundos. Vehículos a pedales, que llevados por la inercia de la Tierra les llevarán a conocer nuevos mundos, o através de la conexión cuántica podrán ser amigos de alienígenas y conocer los lenguajes ocultos del cosmos sin necesidad de levantarse de la cama. Lástima que ya sea demasiado tarde para evitar unas cuantas explosiones nucleares aquí y allá. Así que podremos decir con orgullo: "Qué mundo tan maravilloso verán nuestros tararanietos" porque nuestros hijos solo herederan los escombros del nuestro.
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