¡Lanzallamas contra antorchas!
En Mandril existen lanzallamas y antorchas. Los lanzallamas se producen en serie mediante complejas maquinarias, las antorchas las construyen hombres y mujeres mientras discuten sobre arte.
Equipados mediante modernos lanzallamas sus usuarios avanzan en primera linea arrasándolo todo. Es preciso, Mandril tiene la necesidad imperiosa de crecer como sea. Si dejaran de usarse lanzallamas Mandril entero se vendría abajo y nuestros empleos desaparecerían, los coches dejarian de funcionar y no encontrariamos cosas molonas en grandes supermercados, tampoco en los pequeños. En la acera contraria de los lanzallameros se encuentran los antorchistas. Los antorchistas caminan en la noche. Se dirigen a una fábrica especializada en la construcción seriada de lanzallamas y tratan de prenderla fuego, pero caen ante el fuego de los lanzallamas. Los hombres y mujeres de Mandril tienen el cuerpo abrasado por el fuego. Así es más fácil distinguirlos. Quien no esté totalmente quemado resulta demasiado sospechoso, quizá pretenda construir una antorcha con sus propias manos. Si usted encuentra alguien sin quemaduras de primer grado hágamelo saber, enseguida daré aviso y un ejército de hombres con lanzallamas le convertirán en uno de los nuestros. Y si continua en su empeño, no se preocupen, pronto será carbonizado, inhabilitándole para siempre y a sus locas, infantiles y trasnochadas costumbres.
Dominguet ya tiene por fin su moderno lanzallamas
Equipados mediante modernos lanzallamas sus usuarios avanzan en primera linea arrasándolo todo. Es preciso, Mandril tiene la necesidad imperiosa de crecer como sea. Si dejaran de usarse lanzallamas Mandril entero se vendría abajo y nuestros empleos desaparecerían, los coches dejarian de funcionar y no encontrariamos cosas molonas en grandes supermercados, tampoco en los pequeños. En la acera contraria de los lanzallameros se encuentran los antorchistas. Los antorchistas caminan en la noche. Se dirigen a una fábrica especializada en la construcción seriada de lanzallamas y tratan de prenderla fuego, pero caen ante el fuego de los lanzallamas. Los hombres y mujeres de Mandril tienen el cuerpo abrasado por el fuego. Así es más fácil distinguirlos. Quien no esté totalmente quemado resulta demasiado sospechoso, quizá pretenda construir una antorcha con sus propias manos. Si usted encuentra alguien sin quemaduras de primer grado hágamelo saber, enseguida daré aviso y un ejército de hombres con lanzallamas le convertirán en uno de los nuestros. Y si continua en su empeño, no se preocupen, pronto será carbonizado, inhabilitándole para siempre y a sus locas, infantiles y trasnochadas costumbres.
Dominguet ya tiene por fin su moderno lanzallamas
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