De momento un día arde la casa de uno, otro día arde la familia de otro, más tarde toda la ciudad sin límites se encontrará en llamas y ni los propios pirómanos podrán escapar de las llamas. El fuego está a las mismas puertas de los pisos donde viven sus compis de curre, pero ellos andan echando cuentas y planificando donde serán sus próximas vacaciones
¡Mandril arde!
Mandril arde. Está siendo arrasado por el fuego. Los pirómanos rien, se encienden cigarros de la risa con billetes de quinientos euros en llamas.
Los pirómanos rien porque el incendio permitirá grandes oportunidades de negocio. Parece que no sepan que más tarde ellos también serán cercados por el fuego. Los primeros en ser devorados por las llamas serán los propios compis de curre de Dominguet. Ellos no quieren que Mandril arda, pero nada hacen para apagar el incendio. Dominguet quiere que todo arda, pero se encuentra buscando la manera para tratar de extinguir el incendio antes de que sea demasiado tarde. Sus compis no quieren ver Mandril ardiendo pero no cesan de avivar el fuego. Y arriba los pirómanos. Ellos tampoco quieren ser pasto del fuego pero no cesan de echar más y más gasolina al fuego. No será fácil empezar de cero con quemaduras de tercer grado en el cuerpo. Aunque Dominguet lo sabe; se irán abriendo espacios donde brotarán mundos nuevos.
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