Bien, lo que pedimos tan solo es ser como monos, como monos gigantescos y fuera de control
Nuevas reglas
Este periodiquito asume que el capitalismo industrial se le permitiriera seguir funcionando como si no existieran ninguna de las múltiples crisis que ha desencadenado. De acuerdo, que continúe en marcha destruyéndolo todo, pero con una norma. Norma que desde Carabanchel Alto proponemos a la ciudadanía.
¡Que continúe existiendo la pirámide social! La única exigencia para ser rey, primer ministro, diputado, juez, banquero, universitario de toda índole, militar, o simplemente superar el umbral del millón del euros en la cuenta corriente será la siguiente: ser reducido de tamaño hasta quedar configurado como un nuevo ser humano de diez centímetros. Diez centímetros no es nada, es cierto, pero menos es ser invisible. Diez centímetros no es nada, es verdad, pero menos tadavía es ser cosa en lugar de persona. Nosotros seguiremos trabajando para ellos, seguiremos obedeciendo sus órdenes, seguiremos desgastándonos y lanzando al aire la fantasía para que cualquiera la pueda guardar en su bolsillo de su camisa de flores. Como un metrónomo. Seguiremos siendo enviados a la nada, caminado por calles de tiempo cada vez más angostas, de acuerdo. Solo pedimos una regla. Sola una regla. Que usted, si ocupa un lugar elevado en la pirámide sea muy pequeñito. Esto permitirá una cierta relación de equilibrio, pues si se nos machaca más de lo que un hombre puede soportar, o se clava la punta de una "A" en la cabeza, nos podríamos enfadar. Y si nos enfádaramos, podríamos patear esos palacios francamente diminutos donde viven ustedes. O pisarles, y aplastarles contra el suelo, cuando salieran huyendo gritando, solicitando llegada del ejército, ese ejército de escala micróscopica, cuyas balas y rayos láser podría soportar un friegaplatos cualquiera.
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