La cámara de fotos se ha roto, pero pudimos realizar este dibujo en la plaza central de Mandril, junto a la Bolsa, in situ, de un hombre al que prefirieron cortar la cabeza.
Sobre el pelo
Nos cortábamos el pelo desde la antiguedad sin saber que estábamos cometiendo un asesinato. Ahora ya lo sabemos.
Desde que la humanidad tiene memoria el género humano tiene la manía de cortarse el pelo, pero desde que se considera una mutilación y una violación de los derechos humanos, hemos transpasado la frontera de la legalidad. La policía irrumpe en las peluquerias y se interroga a los calvos como sospechosos. La presidenta de Mandril ya lo ha dicho; "Cortarse el pelo no es un derecho". Se regula en el parlamento hasta donde se puede cortar el pelo y quién lo puede cortar, cual es la longitud apropiada y si cortar el pelo a cero obligatoriamente a los soldados los hace más hombres y más valientes. Es imposible saberlo, pero lo que si sabemos es que les hace más aerodinámicos. Tanto la izquierda como la derecha han tomado partido en este debate interminable. Este periodiquito cree es un debate transversal, pero en realidad es un debate paradójico, porque mientras continuamos debatiendo sobre la legalización del corte del pelo si, o del corte del pelo no, alguien se encuentra afilando las tijeras para cortar nuestras cabezas
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