¡Amenazas del espacio exterior!

¡Amenazas del espacio exterior!

En estos momentos miles de pequeños huevos provenientes del espacio exterior se dirigen a la Tierra. Por suerte la maquinaria militar tiene dispuestos misiles balísticos de la larga distancia dispuestos a explosionar contra ellos.

Miles de misiles impactan contra los huevos, pero otros tantos consiguen llegar a la Tierra diseminándose por la superficie del planeta. ¿Qué hay en estos huevos? Hombres del espacio verduzcos con una polla como una olla y un fluido seminal de alta calidad que pronto se convertirán en los juguetes sexuales favoritos de miles de millones de hombres y mujeres. Y fruto de este encuentro, millones de terricolas serán fecundados. Algunos de los mejores expertos en economía global tendrán una gran idea, que los hombres del espacio lleven piedras sobre su espalda, colaborando en la maravillosa aventura que vive la Tierra. Pero a los hombres del espacio no les molará nada la idea. Ellos preferirán dibujar tebeos para sus amigos y comer bayas silvestres. Pero cuando la curva de Hubert comience a descender se encontrará un culpable. Y los culpables de la desaparición del petroleo serán los hombres del espacio. Entonces se les interrogará, se les clavarán astillas bajo las uñas y esas cosas. Pero el petroleo seguirá sin aparecer. Esta actitud nada colaboradora llevará a los habitantes de la Tierra a convertirse en una solida masa iracunda, a comprar una antorcha y a prender grandes hogueras colectivas con hombres del espacio retorciendose entre las llamas. Algunos pocos hombres del espacio escaparán en bicicleta a las montañas, el resto preferirá suicidarse clavándose su lapiz de dibujo en el corazón antes que ser devorado por el fuego. ¿Verá la humanidad el amanecer? No lo sabemos, solo sabemos que mientras se busca el petroleo desaparecido perforando el craneo de muchas personas sensibles, al mismo tiempo, del cuerpo de miles y miles de hombres y mujeres brotan y brotan niños de color verduzco con una polla tan hermosa como descomunal.

¿Puedo jugar con vosotros?