¿Quién es ese señor?
La aparición de hombres y mujeres que llevan consigo un libro a todas partes ha desatado la alarma social.
¿Quién es ese extraño personaje, ya habitual en la escena madrileña, que noche tras noche podemos encontrar con un libro bajo el brazo en discotecas y salas de conciertos? Ahí está, junto a la barra o en la penumbra, leyendo gruesos libros, subrayando textos, e incluso tomando notas en los márgenes mientras nuestros jóvenes bailan y se divierten a su alrededor. Pero ¿este señor es normal? ¿o es un anormal? Es un provocador. No, nuestros jovenes no pueden flipar si a solo diez metros hay un libro. Por eso se rien de él, le increpan y le echan de la discoteca de malos modos ¿Podía ser de otra manera? Algunos locales de moda ya le han prohibido la entrada, pero este señor insiste en pasar libros escondidos bajo su chupa ¿Que pretende? Bajo esa apariencia de freak podría encontrarse alguién peligroso: un poeta, un lector de prensa satírica, un escritor de libelos, o lo que es peor, un grafitero que dijese cosas. Debemos estar prevenidos, agitadores de esta especie podrían proliferar por locales de moda, bares, garitos o centros comerciales, con sus libros y sus conversaciones que no entiende nadie. ¿No podrían tener al menos un vocabulario normal, de solo 300 palabras, como marca el protocolo? Pero sobre todo ¿No podría irse a un lugar donde no le viera nadie? En primer lugar este señor es antiestético ¿hay algo más feo que un hombre con un libro? En segundo lugar, es molesto, pues desconcentra a todos aquellos que tratan de mantener constante la fiesta y el buen rollito.
El señor de pantalón azul llevaba un libro de bolsillo
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