jueves, 19 de junio de 2008

¡Entrevista al experimento!

¡Entrevista al experimento!

Nos encontramos con el Sr. EXPERIMENTO a la salida de su actividad diaria en pruebas, más concretamente en el muelle para la recepción de mercancías peligrosas.

ENTREVISTADOR: Buenos días Sr. Experimento. ¿Cómo vive sus ejercicios diarios?

EXPERIMENTO: He superado esta nueva prueba con la máxima puntuación, igual que aspirar esporas de ántrax, dormir la siesta entre residuos nucleares y bucear rescatando cadáveres en ácido sulfúrico. Reconozco que me dormí durante una micromilésima de segundo tras 72 horas sin levantarme una sola vez frente al ordenador mientras grababa los datos de los seis mil millones de futuros maleantes. En cualquier caso, no debes olvidar que todavía estoy en prácticas y en cualquier momento estaré a disposición de la sociedad a un precio muy razonable.

ENTREVISTADOR: ¿Precio razonable? ¿A quién perteneces?

EXPERIMENTO: Soy una patente, pero mi construcción no será seriada. De hecho estamos preparados para un parto natural, y aunque nacemos por el culo, como el signo de la época, entre los dos y tres meses ya somos productivos. Nuestro reloj biológico sólo funcionará mientras se abonen íntegramente las cuotas mensuales a lo largo de nuestra vida.

ENTREVISTADOR: ¿Cómo os reproducís?

EXPERIMENTO: Por enculación. Cualquiera puede hacerlo, basta una monodosis rectal de un supositorio de ácido acetil salicílico. De este acto nacerá un nuevo EXPERIMENTO de no más de 15 cm con una configuración madelman de puta madre, para a los tres meses medir 1,85 metros con todos los conocimientos necesarios para llevar una vida cotidiana mediocre, pero renumerada.

ENTREVISTADOR: ¿Entonces no será necesaria la formación continúa?

EXPERIMENTO: Para nada. Es más, el pronóstico más acertado es que el 99% de los enseñantes acabe suicidándose.

ENTREVISTADOR: ¡Pero qué dice!

EXPERIMENTO: La humanidad está obsoleta como mercancía, y aunque ha dado buenos dividendos en los últimos 300 años, muchos de sus individuos son realmente deficitarios. De acuerdo, no es posible convencer a toda la humanidad para que se autoelimine, deberemos sustituirlos poco a poco, más por voluntad propia que por bombardeo neutrónico. Pero deben dejar paso, pues son una antigualla de lo peor.

ENTREVISTADOR: ¿Pero cómo?

EXPERIMENTO: Esterilizándoles al amanecer, escupiéndoles al mediodía y dejándoles pastillas de cianuro en la mesita de noche.

ENTREVISTADOR: ¿Será el fin de la humanidad?

EXPERIMENTO: No necesariamente. Por una económica cantidad pueden sumarse al colectivo de EXPERIMENTOS que de aquí en adelante se multiplicarán para extenderse entre tus amigos.

ENTREVISTADOR: ¿Convertirnos en EXPERIMENTOS?

EXPERIMENTO: Unos cuantos rayos gamma y algunas mutaciones por aquí y allá más un tubo de escape por el culo. El transplante de cerebro no será necesario.

ENTREVISTADOR: Pero habrá seres humanos que se opondrán con violencia.

EXPERIMENTO: ¿Violencia? Estarán locos, es imposible detener la flecha del tiempo. Ya lo veo; millones de EXPERIMENTOS y humanos tras una pancarta, y un clamor mundial exigiendo el cese de la violencia.

ENTREVISTADOR: ¿Entonces, también tenéis sentimientos?

EXPERIMENTO: Efectivamente, amamos y lloramos, pero siempre para dejarnos manipular o previo pago. Cualquier tipo de sentimiento fuera de estos dos conceptos es enfermizo. Somos capaces de donar toda nuestra renta hasta acabar en la más absoluta indigencia a través de una subasta televisada hasta conseguir la dentadura postiza de algún esperpento mediático y acudir en masa a los juzgados para pedir la pena de muerte después de muerto al pederasta de turno. Pero al mismo tiempo podemos disfrutar del lamentable y patético espectáculo que nos ofrece un jubilado que se está ahogando en el manzanares. Mola. Je.

ENTREVISTADOR: ¿Pero qué tipo de seres sois?

EXPERIMENTO: Deleznables, claro. No olvides que nosotros somos vuestra creación y vosotros pronto seréis la nuestra. Cada uno de nosotros será un policía como nos enseñasteis, y llevaremos al planeta a un punto de no retorno cumpliendo orden tras orden con los tubos de escape que nos incorporasteis en el culo, que ciertamente, no son nada anatómicos, se nota que el diseñador de turno nunca llevó uno puesto, ni dio saltos mortales con uno dentro. En cualquier caso, los llevaremos orgullosos y con gracia. Fíjate en esto; (el EXPERIMENTO se amputa un brazo con un cuchillo de cocina) ¡se regenera echando ostias! Nuestro organismo también es capaz de soportar elevadas dosis de cualquier sustancia sin despeinarse.

ENTREVISTADOR: El futuro que nos prometes es aterrador.

EXPERIMENTO: Nos introduciremos poco a poco, pero seréis vosotros quienes solicitaréis que os hagamos compañía. Todo esto aderezado con una buena promoción mediática y el apoyo institucional que nos merecemos y, en cuanto os deis cuenta, estaréis amamantando a uno de los nuestros. Ocurrió lo mismo con el automóvil, el televisor, y algún otro artefacto que reblandecía el cerebro.

ENTREVISTADOR: Pero sólo sois un mero negocio de alguien.

EXPERIMENTO: Como vosotros. Y cuando no hagamos falta iremos nosotros mismos al vertedero. Sabemos bien quiénes somos.

ENTREVISTADOR: ¿De qué estáis hechos?

EXPERIMENTO: Está prohibidísimo divulgarlo. Sólo te diré que ha disminuido notablemente el número de politoxicómanos.

ENTREVISTADOR: ¿Pero en qué os diferenciáis de nosotros?

EXPERIMENTO: Tenemos tres pulmones. Uno para el cáncer y dos para el dióxido de carbono. Podemos respirar en cualquier elemento, incluso bajo el cemento, lo que nos permite trabajar en situaciones especialmente penosas. No necesitamos de bajas laborales, nos autoreparamos al instante con el descomunal ahorro sanitario que eso conlleva, pero estamos dispuestos a consumir cualquier fármaco para aliviar los dolorcillos que nos han programado para satisfacer a la industria farmacéutica. Ya ves, todos ganamos.
No cobramos jubilación, en cuanto dejamos de ser productivos comenzamos a arder y salimos en llamas calle abajo gritando y moviendo en aspas los brazos hasta ser devorados por el fuego. Lo reconozco, un final un tanto grotesco que nos hace recordar que la indolencia no es cosa buena. En fin, cosas de la obsolescencia programada.
Somos masticables, con las inmejorables ventajas que puede reportar a la industria cárnica. Y lo mejor, no podemos dejar de gastar. Consumimos cien veces más que un humano tragón.

ENTREVISTADOR: ¿Sólo eso?

EXPERIMENTO: Follaremos con vuestras mujeres e hijos y nos beberemos vuestros vinos. Evidentemente, sin llegar ni un minuto tarde al trabajo.

ENTREVISTADOR: ¿Sois necesarios?

EXPERIMENTO: Muy necesarios. ¿Quién si no puede morder uno sólo de vuestros alimentos sin rascarse los sarpullidos que le saldrán por doquier? ¿Quién construirá los diques para contener las riadas de pus que habéis provocado y que ahora amenazan con anegar vuestras ciudades? ¿Quién entregará a los niños la pelota que cayó en el interior del reactor de una central nuclear abandonada? ¿Quién puede someterse a vuestros medicamentos sin perder el pelo y los dientes? ¿Quién, eh? ¿Quién?

ENTREVISTADOR: Me dais miedo.

EXPERIMENTO: Je. Miedo no es lo último que os ocurrirá.

ENTREVISTADOR: ¿Y no hay salida?

EXPERIMENTO: La única salida será aquella que os dio vuestro amo, que por cierto, es exactamente igual al mío, de hecho es el mismo.

ENTREVISTADOR: Pero esa salida se dirige directamente al fin del mundo.

EXPERIMENTO: Si, pero pasando primero por El Corte Inglés con breve parada en un frenopático global.

ENTREVISTADOR: Pero los revolucionarios...

EXPERIMENTO: Para acabar con los revolucionarios hemos fabricado a un burócrata que recita consignas con cierto ramalazo rebelde. Lo mantenemos en estado de hibernación en una cámara criogénica y le descongelaremos cuando la peña pretenda decidir por si misma.

ENTREVISTADOR: Entonces... es el fin.

EXPERIMENTO: Exactamente. Si quieres puedo partirte el cuello, es más higiénico que un disparo en la sien simulando un suicidio y no salpica.

(El EXPERIMENTO parte el cuello del entrevistador).

ENTREVISTADOR: (Agonizante) ¿Algo más que añadir?

EXPERIMENTO: Es un placer. El mundo debe ser hecho por especialistas, como cualquier otro aspecto de la vida. Pero no temas; esta espectacular y alocada carrera hacia la nada no llevará exactamente al fin del hombre. Conservaremos uno en el zoológico de la Casa de Campo, el cual por fin podrá vivir sin la obligación del trabajo asalariado recogiendo cacahuetes que le lanzarán los EXPERIMENTOS mientras se la pela porque sí, un día cualquiera.

Fin de la entrevista

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Prototipo fallido de un experimento

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