¡Mandrileños en llamas!
Desde que aparecieron los primeros mandrileños abrasados por el fuego aquí y allá, muchos nos preguntamos si algo podemos hacer, o si es mejor esperar a que un equipo multidisciplinar de expertos del ayuntamiento encuentre la solución
Al principio fué divertido. Un hombre se encaminaba firme y seguro hacia la oficina y entonces comenzaba a arder. Agitaba los brazos, y caía sobre el asfalto consumido por el fuego. La gente salía de sus casas y rodeaban el cuerpo carbonizado y a veces ocurría que alguien bajaba una guitarra y comenzaba una fiesta. Pero pronto comprendimos que no estaba bien hacer una fiesta cada vez que moría un hombre. No podiamos reirnos ni emborracharnos juntos cuando ardían. Debiamos quedarnos en casa. Mirar al suelo. Eso es lo que hay que hacer cuando muere un mandrileño. Los mandrileños siguen ardiendo cuando van a la compra, a la fábrica o llegan por fin a casa, pero ya no mola tanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario