¡Felicidad ya está aquí!
Los mandrileños quieren ser felices a toda costa. Para ello se han dotado de una Constitución que les garantice el derecho a la felicidad.
La especial protección de los derechos fundamentales a través de las administraciones públicas garantiza el obligado cumplimiento de un nuevo artículo: "el derecho y el deber a la felicidad". Si, la felicidad será implantada en la ciudad de Mandril. Bolas de colores giratorias serán instaladas en centos de trabajo, y gracias a la megafonía mundial habrá tres llamamientos diarios a la felicidad. Miles de funcionarios especializados recorrerán las calles contando chistes, los bancos abrirán lineas de credito barato para la reconstrucción de sonrisas postizas, máquinas apisonadoras arrasarán toda construcción que entristezca el alma del hombre. Los ejércitos existirán, si, pero matarán sin hacer infeliz a nadie. "Morir sonriendo" será el mandato que bien sabrán aplicar militares y hospitales. Un aparatito muy chulo se insertará en el corazón de los niños nada más nacer, indicándonos a tiempo real la felicidad con la que vivimos a cada momento.
Ahora ya es posible ser feliz gracias a estas piernas tan chulas
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