¡La ciudad amable!
Las ciudades amables se llenan de cosas que nos ayudan a ser mejores personas. Las cosas nos miran, pero no dicen nada
En las ciudades amables sus ciudadanos van en bici, escriben un poema diario, hacen dibujos y corren durante media hora para estar lo suficientemente sanos para golpear a un señor que está guardado tras la puerta de un armario.No respira bien y nos mira con miedo. Pero nosotros le golpeamos con una percha. Después cerramos de nuevo la puerta del armario y vamos alegres por Mandril siendo mejores personas. Somos más amables.
En las ciudades amables sus ciudadanos van en bici, escriben un poema diario, hacen dibujos y corren durante media hora para estar lo suficientemente sanos para golpear a un señor que está guardado tras la puerta de un armario.No respira bien y nos mira con miedo. Pero nosotros le golpeamos con una percha. Después cerramos de nuevo la puerta del armario y vamos alegres por Mandril siendo mejores personas. Somos más amables.
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